lunes, 21 de noviembre de 2016

Análisis de la Película "Dioses de Egipto" (Gods of Egypt)

Ah la mitología egipcia. Una rica tradición llena de leyendas y fuertemente afianzada en una cosmogonía única así como un panteón diverso en el que cada deidad tiene sus habilidades y tareas muy bien establecidas.

Recuerdo hace algunos meses que fui al cine y vi un poster de la película "Gods of Egypt" y recuerdo que mi hermana dijo que tenía toda la pinta de apestar. Bueno, este fin de semana pude comprobarlo cuando vi que mi servicio de televisión la estaba ofreciendo como estreno. Así que la renté y me propuse verla. Bajo la influencia de varios mezcales. El resultado, son las siguientes notas que hice mientras veía la película. Las reproduzco de manera literal incluyendo las que, por alguna razón (ebriedad) escribí en inglés:


GODS OF EGYPT

1. A mixture of 300, The Ten Commandments, Troy, The X Men, Animorphs, God of War, The Avengers, Game of Thrones, Lord of the Rings.

2. WTF is going on? WTF is this movie?

3. Why the fuck is the Earth flat?

4. Also, tits were huge in Egypt.

5. Leónidas(1) se parece al Hombre Halcón de "Flash Gordon".

6. Wow, a butt!

7. Am I hearing a freakin' dove?

8. Oh, no, that's just the freakin' movie.

9. Ah, un chiste medio sexista.

10. Oh, otra escena sexista. Y más tetas.

11. ¡Vaya! Sí que abusan de las escenas que muestran la diferencia de estatura entre los dioses y los mortales.

12. Oh! A racial joke!

13. Who's that god? "Ra-Paul"?(2)


14. This freakin' movie has a creationist agenda!!

15. Of course Ra-Paul's brain is a huge glowing diamond...

16. ¿Un calendario azteca?

17. Holy shit! Esas entradas y salidas de Anubis me están freakeando...

18. Wow, ese chico de VERDAD quiere a esa chica.

19. And again, tits.

La película es malísima, pero es claro que con unos mezcales encima se puede masmenos disfrutar. De hecho sí hubo momentos en los que me daba risa, por ejemplo al ver a Geoffrey Rush, ganador del Oscar (R), del Emmy, de dos Golden Globes, del Tony, de 3 British Academy Film Awards y otros premios caracterizado así:


So, there's that.

Iosephus Dixit

(1) Me refería evidentemente a Gerard Butler, pero en ese momento y en mi estado, de plano no pude recordar su nombre, así que lo llamé "Leónidas" por su papel en 300.

(2) No tengo la más remota idea de por qué Chadwick Boseman, el actor que interpretó a Thot, dios de la sabiduría, lo hizo como si fuera lejanamente gay. En serio, véanla.

miércoles, 16 de abril de 2014

Tertia die

¡Clang!

Metal sobre metal.¡Clang, clang! ¡Crack! Otro golpe metálico. Madera que cruje, se rompe, se separa. Los sonidos parecían lejanos pero crecían cada vez más. Voces. Unas lejanas otras más cerca. Unas parecían llorar y otras reír. Confusión.

¡Clang!

Repentinamente, dolor. Dolor como nunca había sentido antes. Y entonces todo se precipitó, como si de repente se hubiera abierto la compuerta de una presa y así, sin avisar, miles de litros de agua cayeran vertiginosamente. Así se sucedieron las sensaciones y sonidos. ¿Un sueño? ¿Recuerdos? Más dolor, angustia, deseperación... asfixia. Cómo le faltaba el aire. ¿Qué está pasando? ¿Por qué tiene la sensación de que esto ya lo ha vivido?

¡Clang!

Los sonidos crecieron en intensidad y velocidad, las voces se hicieron más claras, los gritos más ensordecedores, los llantos más desgarradores, las risas más burlonas, la angustia más profunda, la desesperación más agobiante, el miedo más paralizante. Señor, ¿qué es esto? Pensó. Y en una fracción de tiempo miles de palabras, miles de escenas, horas de su propia historia pasaron ante sus ojos y en un momento de aterrador descubrimiento, se dio cuenta de que su corazón no latía, de que el aire se le iba. Que moría. En una última ráfaga de sentimientos confusos, gritó. Gritó como si en eso se le fuera la propia vida, como si ese grito le fuera a salvar de la mismísima muerte. Y despertó.

Confuso, asustado, desorientado. Le costaba moverse, todos los músculos de su cuerpo le dolían, incluso tratar de abrir los ojos era un ejercicio de proporciones épicas que le estaba reclamando demasiada energía. ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué no se podía mover? ¿Por qué no podía abrir los ojos? ¿Qué es esto? ¡Señor! ¡Estoy atado! Una nueva ola de terror se apoderó de él cuando se dio cuenta de que su imposibilidad para moverse era todavía peor. No sólo estaba atado... ¡Señor! ¡Estoy envuelto!

Gruñó tratando de moverse de nuevo y fue entonces que sintió una extraña fuerza en sus músculos, algo que no había sentido nunca. Era una sensación que superaba al propio dolor que le asaltaba cada fibra y cada centímetro de su piel. Comenzó a tensar músculos y con un leve crujido, la tela que lo envolvía cedió, se rompió ligeramente de un extremo y fue suficiente para que pudiera deshacerse de ella. Se sentó tomando una larga bocanada de aire que se sentía fresco y olía a humedad y tierra. La oscuridad era total. Parpadeó rápidamente temiendo que por alguna razón podría haber quedado ciego, pero se dio cuenta de que no era así. Apenas podía distinguir las formas de rocas a su alrededor, muy tenues, pero no tenía manera de saber si al pie de la enorme base de piedra en la que estaba sentado podría haber un agujero o más piedras con las que podría tropezar y caer. Se dio cuenta de que bajo la tela que lo cubría, se encontraba desnudo. Todo seguía siendo muy confuso y extraño. Los recuerdos en su mente parecían un extraño acertijo, como si alguien le hubiera entregado capítulos separados de un libro sin saber el orden correcto para leerlos. Y fue entonces que sintió una leve corriente de aire. Era casi imperceptible, pero pudo determinar su origen y le dio el valor suficiente para ponerse en pie.

Se incorporó lentamente y comenzó a caminar. El dolor estaba desapareciendo más rápido de lo que habría creído. Dio unos cuantos pasos con mucho cuidado, con los brazos extendidos hasta que tocó una piedra. De ahí venía esa pequeña ráfaga de aire. ¿Es una puerta de piedra? ¿Cómo se podrá mover este monolito que cierra mi prisión? No, no... ¿acaso me enterraron vivo?, pensó. Se apoyó sobre la piedra para tratar de pensar cuál sería su siguiente paso, cuando sintió que la piedra se movía ligeramente, cediendo bajo la presión de su cuerpo. El sobresalto le hizo retroceder un paso y casi le hace perder el equilibrio. Tragó saliva y se acercó de nuevo a la piedra. Acomodó sus manos, se inclinó ligeramente y empujó con todas sus fuerzas. ¡Rorrr! La piedra gimió y se desplazó como si se tratara de una puerta normal. Se dio cuenta entonces de que la piedra era circular, una enorme rueda por lo que la empujó hacia un lado para que girara y abriera el paso de la cueva. Una mezcla de sorpresa y alegría lo invadieron. ¿Estaría soñando? ¿Esa fuerza sobrehumana podría ser el resultado de una ilusión de su mente? El aire fresco de la madrugada llenó el lugar. Olía a hierba y a humo de una fogata todavía tibia, a carne quemada y a orina. Olía a vida. Dio un último gruñido y abrió por completo la cueva.

Tambaleándose ligeramente salió y miró al cielo. Las estrellas brillaban con intensidad montadas sobre un cielo limpio y transparente. En el horizonte apenas podía verse ya el brillo incipiente de la luz del nuevo día. Y fue entonces que, mientras respiraba el aire de esa mañana, escuchó un sonido metálico. Se sobresaltó y abrió rápidamente los ojos para ver qué o quién había hecho ese ruido. Ahí, a unos metros de la cueva en la que lo habían encerrado, con una expresión del más profundo terror grabada en el rostro, lo veía inmóvil un joven soldado romano. El sonido metálico lo había hecho con su pilum, la larga lanza romana que había dejado caer preso de horror y sorpresa. Una delgada línea de orina caía por la parte interna de su pierna mientras sus ojos desorbitados no dejaban de ver el rostro del hombre desnudo recién salido de la tumba. El hombre extendió su mano y dio un paso hacia el soldado que retrocedió aterrado tropezando y cayendo cerca de una fogata casi extinta. Detrás de un matorral apareció otro soldado. ¿Qué pasa? ¿Qué es ese ruido? ¿Por qué estás en el suelo, idiota? ¿Estás borracho? ¿Cómo es que...? La última pregunta quedo inconclusa cuando el segundo soldado siguió la mirada del primero y vio lo que le causaba ese terror.

Pero el segundo soldado era más veterano, años de entrenamiento entraron en juego y de inmediato desenvainó su gladius. ¡Alto! gritó el soldado, su espada en la mano. El hombre entonces levantó las manos en señal de no ir armado y para tratar de calmar a los alarmados militares cuando tanto él como los soldados se dieron cuenta de un detalle que les impactó a los tres casi por igual. Las muñecas del hombre parecían estar perforadas. Fue entonces que miró su costado. Una profunda herida parecía abierta justo entre sus costillas y sus pies también estaban perforados. Y la ráfaga de recuerdos tomó forma de nuevo, ahora en forma ordenada. Los azotes, los clavos, la cruz. Sus amigos, seguidores. Su madre. Y entonces fue consciente de algo. Tengo sed, dijo, haciendo eco de una frase que ya había dicho mientras colgaba agonizante de la cruz. Los soldados intercambiaron una mirada atónita. El joven que estaba aún tirado en el suelo, extendió un brazó hasta un recipiente con vino. Temblando se lo dio a su compañero quien lo tomó y lo extendió hacia el hombre. Éste avanzó lentamente, le quitó el recipiente al soldado con tranquilidad y dio un largo trago al vino. 

Una fina línea roja le cayó por la comisura derecha de la boca manchando su barba. Terminó de beber aún con los ojos cerrados y cuando los abrió, posó su mirada color miel sobre los dos asustados hombres y les dijo de nuevo: Tengo... sed. Con profunda calma y benevolencia, les sonrió y fue así que dejó ver destacando entre sus labios y su barba rojos por el vino, dos afilados y blancos colmillos. El soldado más viejo abrió los ojos como platos y antes de que pudiera gritar, el hombre ya le había atravesado el cuello con una poderosa y férrea mordida, provocando además que soltara su espada. El joven soldado gritó interrumpiendo el proceso y permitiendo a su aturdido compañero que se liberara y pudiera tratar de escapar, el cuello aún manchado de rojo y sangrando profusamente. El hombre sintió cómo su cuerpo se llenaba de fortaleza, de vida. Mientras huían, los soldados aún tuvieron oportunidad de ver cómo las heridas del hombre parecían sanar dejando sólo marcadas cicatrices.

Respiró de nuevo profundamente. Había nuevas fragancias: hierbas frescas creciendo en las cercanías, madera húmeda, musgo en las piedras del interior de la cueva, heces de animales cercanos y del joven soldado que no pudo evitar relajar su esfínter por el miedo que sintió. Sus sentidos parecían multiplicados. Entró de nuevo en la cueva para tomar un trozo de tela con el cual cubrirse, mientras dejaba el resto acomodados y doblados de manera ordenada.

Salió y comenzó a caminar. Sí, ahora comenzaba a recordar todo con claridad. El brevaje que le de dieron a beber antes de su calvario funcionó a la perfección, ¿quién lo iba a imaginar? Pero así era, el remedio que le había dado aquel anciano egipcio que su familia conoció cuando huyeron de la persecusión de Herodes, funcionó tal y como le habían dicho. "La Sangre de Osiris" le llamaban. La llave de la resurrección. Recordó que algunos de los ingredientes eran un corazón de cordero y la sangre del mismo anciano de colmillos afilados y sonrisa fácil que aseguraba tener más de quinientos años. Mientras caminaba volvió a ver las cicatrices en sus muñecas y tocó los bordes de lo que fue la herida en su costado. El sabor de la sangre del soldado permanecía en su boca dulce y placentero. Sintió más sed.

Más adelante alcanzó a percibir un nuevo aroma, a ropa limpia y piel tibia. Le llegó el sonido de voces. Mujeres. Las voces le eran conocidas. Y mientras continuaba su camino pensó: "Sí, ahora entiendo: el que coma mi carne y beba mi sangre, tendrá la vida eterna...". Entonces Jesús sonrió.

Iosephus dixit.

viernes, 28 de marzo de 2014

Tendencias feisbuqueras que deberían desaparecer

Son un montón. Sin duda dedicarles una sola entrada en este casi abandonado blog es quedarse corto porque hay mucha tela de donde cortar, pero me voy a remitir únicamente a aquellas tendencias que he visto en mi propio feed de Facebook. Asumo que el hecho de ver similitudes en dichas tendencias es porque muchos de mis contactos comparten edades y sus vidas han tomado caminos parecidos al menos en lo general: matrimonios, embarazos, eventos, etc.

Y es aquí en donde entra mi habitual hartazgo hacia todo lo que signifiquen esas tendencias generales. Para decirlo de otra manera, amables lectores, ya me tienen hasta la madre. Y aunque ya había escrito algo sobre las cosas que me revientan del FB, pues me vale madre porque este es mi blog y escribo lo que se me antoja.

1. Selfies
Ah. Los "selfies". Los famosos "selfies". Los putos "selfies". Esas "autofotografías" caracterizadas por el hecho de que la persona la toma extendiendo su propio brazo para capturar la imagen de su cara. Hasta ahí todo masmenos bien. La tendencia que me tiene hasta la madre es la inundación de mi timeline de estas imágenes y en particular las chicas que hacen el gesto de "beso" con los labios. No, señoritas, no se ven sexies, se ven ridículas. La famosa "duckface" hace que se vean como si tuvieran alguna especie de deficiencia mental o física. Tal vez les picó un instecto venenoso o están teniendo una reacción alérgica de proporciones épicas y sus labios se están hinchando más allá de toda proporción aceptable. No, tampoco se ven como Angelina Jolie, no se ven tiernas y femeninas. Se ven artificales y engreídas, vulgares e insoportables. 

También son absolutamente irrelevantes sus fotos tomadas durante sus salidas nocturnas. Sí, ya sabemos que son una panda de alcohólicos que no encuentran la felicidad fuera de las sustancias intoxicantes, no es necesario que nos lo compartan. No nos importa lo que están bebiendo. En serio, qué pinche necesidad tan rara de estar tomando fotos de reuniones. Con una foto de la peda es más que suficiente.

Ah y otra cosa: ¿Qué chingados les pasa con las fotos esas que toman en grupo de sus pies? ¿Es en serio? ¿A quién chingados le importan sus pinches pies o sus zapatos? No mamen. Por cierto, nadie les cree eso de #nofilter. De cualquier manera, ni todo el Photoshop del mundo sirve para esconder la ridiculez. Y, esto me lleva a la segunda tendencia.

2. Hashtags
Ah. Los "hashtags". Los famosos "hashtags". Los putos "hashtags". Usar el símbolo de número (#) para destacar un tema en particular, se ha estado usando desde el advenimiento de Twitter y hace relativamente poco en FB. En esta tendencia ahora veo gente que "hashtaggea" hasta lo que trae puesto. Gente, entiendan: es una patada el las bolas leer mamadas como esto: "¡Qué bonita tarde de domingo! #domingo #parque #casual #tarde #otoño #ciudad #calzonestrueno #sol #tierra #vialactea".

Los odio #conlafuerzademilsoles y #mecaganlamadre.

3. Los "calendarios"
Todos los han visto. Todos tienen al menos un contacto que lo hace. Tal vez ustedes lo son. Esos que, en cuanto llega el viernes, comienzan con posts como: "YA ES VIERNES!!!!!!!!1" o "Por fin es fin de semana. Vámonos de fiesta!!!!!!!" o alguna imagen con mensajes similares. Gracias, gente, gracias. No era necesario que nos avisaran del hecho de que ya es viernes. Lo sabemos, también tenemos calendarios y relojes. Así de avanzada está la tecnología como para que no nos digan que maldito día es. ¿Qué tan miserables son sus vidas que no pueden parar de festejar la llegada del fin de semana?

Y algunos llegan al extremo de comenzar sus mamadas desde el jueves, anunciando que solo falta un día para el fin de semana. Pobres miserables, pero ya dejen de inundar mi timeline con sus mensajes.

4. Los niños
Ok, este es un tema sensible, lo sé. Pero me vale madre y trataré de ser muy claro: Me valen. Madre. Sus. Hijos. There... I said it. No, no me interesa si están recién paridas o si sus retoños tienen ya 3, 4, 6, 8 o 35 años, me valen madre sus vidas. Porque ahora la tendencia de publicar fotos de sus niños no se limita a los recién nacidos o cualquier otra edad, sino que ahora les da por publicar las imágenes de los malditos ecosonogramas (¿sí se llaman así? No sé y maldito lo que me importa).

Y he aquí otra gran verdad: no todos los niños son bonitos. Sí, lo dije. Entiendo aquello de "Mamá Cuervo" y "Papá Cuervo" y que ven a sus pequeños herederos como las creaciones más magníficas del Universo, encarnaciones de la belleza de la raza humana resumidas en sus pequeños cuerpos. No, no lo son. Entiendan, muchos de los niños cuyas fotos publican en FB son feos como una patada en las bolas un día de invierno en medio de la lluvia y tienen la misma personalidad que una bolsa de papas recién recogidas de la tierra. Sus gracias no son mejores que las de los otros millones de niños que sobrepueblan este planeta y en un futuro no muy lejano, si no los educan bien, esos pequeños "adorables" se convertirán en insufribles adolescentes que publican "selfies" a la menor provocación en FB o en cualquiera que sea la red social del futuro. Damas y caballeros, han creado ustedes a un montón de monstruos.

Ah, y ahórrense la mamada esa de "ah, es que tú no tienes hijos. A ver qué haces cuando los tengas". Cierto, no tengo hijos, pero conozco a un montón de gente que sí los tiene por lo que me doy cuenta de sus experiencias y conductas. Por lo pronto no me interesa lidiar con eso. Si en algún momento tengo hijos, trataré lo más posible de no caer en las mismas conductas y si lo hago, aquí dejo esto por escrito y sí, tendrán todo el derecho de ir y burlarse de mí como lo hago yo de ustedes. Hasta que llegue ese momento, jódanse. Y hablando de hijos...

5. Las mascotas
Ah, los amantes de los animales. Y cuando digo "amantes de los animales" no me refiero a enfermizos casos de zoofilia, sino a enfermizos casos de gente que comienza a perder el agarre sobre la realidad y comienzan a tratar a los animales como si fueran sus hijos. Entiendan una cosa: su soledad es un problema que pueden afrontar con valentía o escapar de él con el rabo entre las patas. Y nunca mejor dicho. Las incesantes fotografías de perros o gatos que invaden mi timeline me habla de ello.

En otros casos se trata de intentos auténticos por buscar alguien que apoye en la protección o salvamento de algún animal que de otra manera podría morir, pero incluso esa actitud altruista y sin duda notable y digna de reconocimiento, palidece ante la costumbre de postear fotos de animales maltratados para "elevar la conciencia" de la gente para que no los maltrate. Ok, aunque no lo parezca, yo no soy psicópata. Nunca le haría daño a un animal más débil que yo por diversión así que no es necesario que me digan que está mal despellejar perros. No quiero entrar en debates de protección de animales porque me da hueva, pero dejen de poner fotos de sus pinches perros en mi timeline. También los estoy viendo a ustedes, fans de "el perro de Lucho", sus memes son pésimos.

Y dejen de tratar a sus animales como si fueran hijos. No lo son. Panda de enfermos.

6. Escotes
No, nada que decir aquí. Adelante. Carry on.

Iosephus dixit

martes, 17 de septiembre de 2013

¿Viva México?

No, no voy a hacer el clásico comentario de "México no tiene nada que celebrar el 16 de septiembre". Ya sé que el sentir general es de malestar por todo lo que sucede en nuestro país en términos de seguridad, abusos de poder, corrupción, aumento de impuestos, castigos a la clase media, reformas, gobierno incompetente y mediocre, etc. sin embargo, sí tendré que usar un cliché: La gente (los pueblos, las naciones) tiene el gobierno que se merece. El gobierno que nos merecemos. Tráguense esa con limón, sal y chile. Y ahora me explico.

La celebración del "Grito de Independencia" se lleva a cabo no solo en todos los estados de México sino también en las sedes diplomáticas de nuestro país alrededor del Mundo. Mis dos o tres lectores saben que en la actualidad me encuentro en Madrid, España y he tenido la oportunidad de colaborar en muchos eventos con la Embajada de México en la Península Ibérica. Soy testigo de primera mano del trabajo que la gente de esta embajada hace por nuestros compatriotas en estas latitudes. Y no, no lo digo por compromiso, es la verdad. Lo he visto y lo he vivido en carne propia, la mayoría de los que trabajan en esta embajada lo hacen con una verdadera pasión por su trabajo y con un profundo amor por la Patria. Son verdaderos patriotas, no "patrioteros". Sí, habrá uno que otro que es mamón, pero de eso hay en todos lados. El punto es que, como en todas las representaciones del país, la embajada de México en España organizó la famosa celebración del "grito".

En el evento participaron restaurantes mexicanos de Madrid, ofreciendo comida típica mexicana. Se habilitaron taquillas para que los asistentes compraran boletos que intercambiaban por los platillos que iban desde los clásicos tacos, hasta tamales e incluso elotes con crema y queso (snif...). En general la respuesta fue muy buena y la gente estaba feliz. Sin embargo siempre tiene que haber un "negrito en el arroz" y no, no estoy haciendo una declaración racial. El esfuerzo brutal del personal de la embajada incluyó negociar que algunos distribuidores de Tequila (y otros de cerveza) en España, donaran algunas botellas para ofrecer una pequeña degustación de la Bebida Nacional de México. Déjenme reiterar: pequeña degustación. Eso quiere decir que solo se serviría una cantidad mínima. Para estos efectos, la embajada abrió un registro por Internet exclusivo para mexicanos con pasaporte. Tras el registro la persona pasaba al Consulado para recoger sus boletos. Sin ese boleto no se repartía el Tequila. Es así de simple: traes boleto, te damos tu "probadita" de Tequila. Punto. No más.

Yo estuve atendiendo a la gente en ese stand, el del Tequila. ¿Mis impresiones? Odio a la gente. Y no es nada más por mi naturaleza básicamente antisocial, no, sino porque precisamente fue aquí donde comprendí que México tiene el gobierno que se merece desde hace años, porque de inmediato comenzamos a "sacar el cobre". Como dije anteriormente, la idea era compartir con los asistentes una pequeña degustación de Tequila, con un importante esfuerzo de la industria tequilera para donar producto para esta ocasión. Gente, hay que ser sinceros, las cosas no están como para estar regalando productos a diestra y siniestra, pero aún así el esfuerzo a favor de nuestros compatriotas se hizo con singular alegría. Creo que no habíamos servido ni tres tequilas, cuando salió el primer paisano con sus mamadas: "Oye, ps sírveme un poquito más ¿no? Soy mexicano". "Soy mexicano". ¿Y qué? ¿Por qué creemos que por el simple hecho de ser mexicanos nos merecemos algo más de lo que reciben los demás? ¿Por qué creemos que el encontrarnos con un paisano en el extranjero significa que automáticamente éste nos tiene que tratar de manera distinta a los demás? Es una pinche actitud pendeja y mediocre: "Oye, dame más de lo que ya me estás regalando". Eso, así se hace mis queridos mexicanos.

Y nos quejamos de la corrupción. ¿Saben cuál fue una de las frases que más escuchamos los que atendimos ese stand cuando la gente no llevaba boleto? Pues fue "¿Oye y cómo le podríamos hacer?" No nos hagamos pendejos, porque ya sabemos lo que esa frase implica. A uno de mis compañeros incluso le ofrecieron comprar una botella. Es decir, si es gratis "sírveme más" y si no traigo boleto para que me lo des gratis "Dime cuánto cuesta y te lo compro". Otros llegaban con boletos para comida, tratando de hacerlos pasar por los de Tequila. Llegaban con racimos de "boletos" de los cuales solo el primero era el correcto y los demás eran para otras cosas. La clásica actitud de "me lo voy a chingar". Mediocres, incongruentes, corruptos. Y sí, también algunos españoles salieron con sus pendejadas, pero fueron los menos y además me valen madre, los que me preocupan son los mexicanos.

De más está decir (si es que no se han dado cuenta por el tono de este post) que estoy profundamente decepcionado de mi país. Y sí, digo de mi país porque el país lo formamos todos y me doy cuenta de que el hecho de que nuestra clase política sea corrupta, mediocre, abusiva, intolerante, desordenada, altiva, miserable (aunque no en lo económico), ladrona, detestable y presuntuosa es porque simplemente son un espejo en el que se refleja nuestra propia sociedad. Así somos y es tremendamente doloroso. Ya sé que me dirán que no generalice, que no todos somos así, que hay muchos ciudadanos que sí son honestos, que sí cumplen con la ley, que sí son educados y trabajadores, que la gente ya está involucrándose más e informándose y el gigante dormido comienza a despertar. Pues todavía le falta bastante para levantarse.

Mis queridos (y también odiados) compatriotas, hoy sigo sin poder superar por completo la impresión tan mala y el trago tan amargo que fue corroborar lo que se ha dicho miles de veces, que a los mexicanos nos gustan las cosas fáciles, gratis y si no se dan las situaciones como queremos porque está prohibido, tratamos de hacerlo "por debajo del agua". No estoy libre de pecado, no. No estoy tratando de enarbolar ningún estandarte de pureza y virtud, pero con una chingada, tampoco he caído tan bajo. ¿Que qué he hecho yo para cambiar esta situación? Pues no buscar hacer las cosas "por debajo de la mesa", exigir y participar más de las decisiones de nuestros representantes políticos, denunciar lo que está mal. Echar sal en las heridas. Porque eso somos: heridas en la piel de México y de nosotros mismos depende sanar o seguir sangrando a nuestro país.

Traigo un sabor de bilis en la boca, un profundo sentimiento de molestia, de hartazgo, de decepción. Como siempre, todo lo que sea desmadre, celebración, alcohol (en especial si es gratis) y comida es ocasión para que los mexicanos saquemos nuestra naturaleza. Exigimos un buen gobierno, pero el concepto que tiene la gente de "buen gobierno" es uno que dé tequila y cerveza gratis, que organice fiestas aunque no sea su obligación, que nos dé más de lo que ofrece por el simple hecho de que "soy mexicano". "Sírveme como mexicano", "dame una ración para mexa", "Uuuyyy... ¿tan poquito?". Ahí está la verdadera cara del mexicano, el que quiere todo peladito y en la boca por parte de "Papá Gobierno" y si no, pues entonces ve la manera de ganarle al sistema, de nuevo el "me lo voy a chingar" o de plano el "¡Me lo chingué! JAJAJAJA". Exigimos un buen gobierno y no nos damos cuenta que, por nuestra propia actitud, tenemos justamente el gobierno que nos merecemos.

Iosephus dixit.

viernes, 26 de julio de 2013

Crónica de Una Noche [Surrealista] Madrileña

Estoy desarrollando un curioso superpoder: me levanto sin tener cruda. Ojo, me refiero a los días en los que bebo, no los otros porque entonces eso no sería un superpoder, sería una mamada. Pero el punto es que lo que comenzó como una simple anécdota de peda, se ha convertido en un experimento personal para corroborar que efectivamente, ya no me da cruda después de una noche de bebidas embriagantes. Y ya sé que algunos me dirán "Iosephus, no mames, si lo único que bebes es Tequila pues obvio que no te da cruda. El Tequila es una bebida tan noble y tan espectacularmente chingona que no da cruda para nada". Y tienen razón. Pero a medias. Porque efectivamente el Tequila es una bebida tan noble y tan espectacularmente chingona que no da cruda para nada, pero todos sabemos que no se deben mezclar bebidas alcohólicas porque luego eso es lo que nos provoca la tan temida "cruz" y justamente eso es lo que me ha sucedido. Y pongo por ejemplo, para su consideración, la noche del sábado pasado, el 20 de julio para ser más exacto.

En realidad todo inició desde el viernes 19 cuando, por alguna razón, salimos a "tomarnos una o dos copas" en la terraza que para esos efectos ha habilitado el Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid. Sí, leyeron bien, en un museo en pleno centro de la capital española, hay una terraza de copas. Amo España. El punto es que ahí comenzó mi experimento etílico (¿No les parece extremadamente noble que dé mi vida de esta manera por la ciencia?). Tras varios Tequilas, regresé a casa y la mañana siguiente, desperté - por cierto, creyendo que era viernes y casi a punto de levantarme a bañarme cuando caí en la cuenta de que era sábado... scumbag brain ¬¬ - sin rastro de cruda. Perfecto, sin problema. Y entonces, inició uno de los sábados más surrealistas que he tenido en mi vida.

                                             ("Dali Atomicus" Philippe Hallsman, 1948)
Más o menos así. Pero en lugar de gatos, gente. 
Y en lugar de un estudio de pintura, un teatro, un hotel y una casa.
Y en lugar de agua, Tequila. Y en lugar de pintura más Tequila.
Y en lugar de Dalí, yo. O probablemente sí, en algún momento se apareció Dalí.

Unos buenos amigos y yo habíamos recibido una invitación para asistir a un concierto. Bueno, debo ser sincero. No tenía la más mínima idea de qué diablos era. Sí, me lo habían dicho, pero la verdad teniendo en cuenta que mi capacidad de atención es similar a la de un hámster drogado con hongos aluncinógenos, pues en realidad no me enteré de... ¡Hey miren un perro! Perdón. El punto es que yo no sabía si era una obra de teatro, concierto, happening, performance, cirque o el espectáculo ese mítico del burro en Tijuana. Didn't have a fucking clue. Aún así, invité a una amiga y fuimos.

Llegamos al Teatro Circo Price (por cierto, pronunciado como se lee y no "prais". ¿Por qué? No sé), nos dieron nuestras entradas y pasamos al bar del teatro (sí, aquí todo tiene un bar. Amo España) pero solo a beber agua porque hacía un calor similar al de la superficie de Venus. En ese momento, el buen Adolfo, también conocido como el Barón del Mezcal, descubre de qué se trata el show. Es "El Intérprete".

Asier Etxeandía "El Intérprete".

En ese momento tanto él como su esposa, Ana, pusieron cara de "Holy Crap on a cracker" y de hecho ella dijo literalmente: "¡Los esperamos afuera!". En otras palabras, no pintaba bien la cosa. Al parecer, ellos habían visto la obra en un muy pequeño escenario en el barrio de La Latina y no había sido muy agradable que digamos. Sin embargo ya estábamos ahí y haciendo acopio de voluntades y fuerza, entramos. Y ahí comenzamos a beber. Había una barra con Tequila y nos dieron cocteles hechos a base de Tequila blanco y... ya saben... ingredientes. ¡Ok, no sé qué era! Pero estaba bueno, confórmense con eso. Creo que hasta rosas tenía. El punto es que pasamos y dio inicio la puesta en escena. Y Holy Crap on a cracker, indeed.

Fue, en dos palabras fucking amazing. Al parecer cuando la presentaron en La Latina, el pequeño teatro no daba para mucho, pero en el Price tuvieron la oportunidad de producirlo como se debe. Mis respetos para Etxeandía que fue capaz de soportar el show sobre sus hombros (y con su voz) durante prácticamente dos horas, compartiendo con el público escenas de su infancia y su adolescencia en un viaje musical extraordinario. Y también hubo Tequila. Sí, en algún momento durante la obra, sacó botellas de Tequila que repartió entre el público. Así que más cocteles y más Tequila. En otras palabras un espectacular y divertido desmadre en el que estuvieron presentes además del protagonista de la obra, otras personalidades como Alaska, Javier Bardem con su esposa Penélope Cruz, Pedro Almodóvary otros más cuyos nombres se me escapan gracias a la pérdida temporal de memoria que me caracteriza.

Y luego vino la fiesta. Organizada en la terraza de un hotel, la fiesta post-show fue una oportunidad para continuar con la libación de néctares de importante graduación etílica. Y después terminamos en casa de la señora. "¿Cuál señora, Iosephus?" Se preguntarán ustedes, avezados y cultos lectores, y hacen bien en preguntar. Porque no tengo la más remota idea de quién era esa señora. Alguien la conoció (creo que nuestra amiga Manu), la señora se unió al grupo y terminamos en su casa. Sí, bebiendo todavía más. Debo decir que la Señora es encantadora, una anfitriona sin igual y que por otro lado, juraba que yo era árabe. Al menos en un par de ocasiones me lo dijo y se mostraba sorprendida por el hecho de que no lo sea. Ya saben, mi genética que es un bonito desmadre.

"Oye, güero ¿tú crees que parezco árabe?"

Hijos míos, no sé qué hora era cuando salimos de ahí, de hecho ya en esos momentos comenzaba a luchar contra los "blackouts", pero lo que sí sé, es que tras llegar a mi casa, me dormí casi de inmediato y desperté hasta las... 9 de la mañana. Correcto a las 9 de la mañana. Para las 10:30 yo ya estaba levantado, bañado y bajando a desayunar. Sin el más mínimo rastro de cruda después de haber bebido cocteles, vino blanco y Tequila derecho. Así que mi superpoder anticruda sigue creciendo. Mis experimentos continúan, de hecho ayer volví a conducir uno y el resultado hoy sigue siendo el mismo, cero cruda. Ahora solo falta desarrollar el superpoder antisueño, antiblackouts y el superpoder anti-envío-de-mensajes-ebrios y listo.

Todo sea en nombre de la Ciencia

Iosephus dixit.

lunes, 22 de julio de 2013

Lo que Hacemos por un Amigo

-¿Recuerdas aquella vez en Las Vegas? ¿Cómo se llamaba esa chica?- Preguntó Barry Donaldson
-¿Cuál? ¿La rubia con el tatuaje en el cuello?- respondió su amigo Joe Porter
-Sí, justo esa. ¿Cuál era su nombre?
-Karma.
-¡Karma! ¡Claro!- respondió Barry riendo. -Vaya nombre. Raro... y extrañamente apropiado.
-Qué más se podía esperar de una stripper de Las Vegas- dijo Porter mientras daba una larga calada a su habano, sonriendo apenas a medias entre la añoranza y la indiferencia.
-Siempre se puede esperar algo más de una stripper de Las Vegas, Joe.

Afuera las nubes dejaban pasar unos pocos rayos de Sol a intervalos irregulares, filtrándolos de tal manera que el día se veía gris. Y sin lugar a dudas también se podía sentir de esa manera. Los dos amigos estaban dentro de un apartamento en un suburbio de Atlanta, fumaban habanos y bebían escocés sin hielo. No había electricidad. No la había desde hacía más de diez días. Barry y Porter habían entrado a ese lugar el día anterior para descansar y comer algo. Encontrar los habanos y el escocés era como ganarse la lotería en aquellos momentos.

-En fin, el caso es que era una bomba esa chica, Karma. ¿Recuerdas Joe?
-Sí, la recuerdo.

Porter dio otro trago al whisky que le hizo sentir una familiar calidez en la garganta acompañada de esa extraña sensación de incertidumbre porque no sabía cuándo tendría oportunidad de beber de nuevo un buen escocés. Tal vez nunca más, difícil saberlo. Barry y él eran tan amigos desde hacía tanto tiempo que Barry era la única persona que le decía "Joe" y no Porter como el resto de la gente. Ni siquiera su ex le llamaba Joe.

-Me pregunto dónde estará en estos momentos. ¿Seguirá en Vegas, o habrá vuelto al pueblito ese de Alabama de donde era cuando inició toda esta mierda?
-Ni idea, Barry. Ni idea.

Porter pensó por un momento en la chica rubia y su imagen joven, hermosa y sonriente le hizo recordar mejores tiempos, cuando las mayores preocupaciones eran las crisis en la bolsa, las ventas y de vez en cuando la cantidad que tenían que pagarle a algún político de poca (o mucha) monta para que aceptara uno de los multimillonarios contratos que buscaban colocar. Buenos tiempos. Más sencillos. La imagen de la chica rubia se borró repentinamente de su mente al escuchar lo que pareció un grito muy lejano. Barry también pareció escucharlo y ambos amigos guardaron un momento de silencio para escuchar con atención. Nada, solo el sonido leve del aire otoñal soplando entre las hojas marrones de los árboles.

Después de ese breve momento de tensión, Barry se ajustó su abrigo subiendo un poco más el cuello del mismo para aliviar el escalofrío que sintió. Luego, trató de retomar el tema:

-Bueno, espero que Karma esté bien.
-Sí, esperemos que sí. No lo creo, pero esperemos que sí.-respondió Porter.
-Diablos, Joe, ¿por qué tienes que ser tan lúgubre y negativo? No me jodas la puta fantasía. Realmente me gustaba esa chica. Y, sé que dirás que estoy loco, pero creo que yo también le gustaba. Le prometí sacarla de ahí.
-Seguro Barry, lo siento. Seguramente está bien, con sus padres y su perrito en Alabama y sí, creo que también le gustabas- respondió Porter mientras al mismo tiempo pensaba: "De la misma manera que le gustaban los otros cien tipos que se tiraba cada semana por $300 dólares la hora".

Pasaron unas cuantas horas, hablaron de algunos recuerdos de otros tiempos hasta que oscureció. Barry dormitaba por momentos, exhausto mientras Porter montaba guardia no menos cansado junto a la ventana, viendo entre las persianas de vez en cuando al percibir algún sonido o un atisbo de movimiento en la oscuridad apenas abierta cuando la luz de la luna salía entre las nubes. Lo tenía que hacer con mucho cuidado para que no se viera el movimiento en la ventana desde el exterior ni el leve brillo de la vela que tenían encendida sobre la mesa de la sala. Repentinamente, cerca del amanecer, Barry dejó escapar un gemido tenso y doloroso.

-¡Barry! ¡Barry! Tranquilo, hombre. Aguanta, trata de no hacer ruido.
-¡Joe! ¡Puta madre, Joe! ¡Es el puto dolor! Está peor... Joe, creo que es hora.

Barry estaba cada vez más pálido. El color de su piel era notorio incluso en la relativa oscuridad del apartamento. Porter vio que se comenzaban a notar venas azules en su cuello y en su rostro. Después percibió el aroma. Era discreto aún, pero ya lo podía notar. Un olor como a aceite o licor de almendras.

-Barry, escucha, necesito que muerdas este pañuelo lo más fuerte que puedas. Necesito ver la herida.

Barry lo vio desde unos ojos vidriosos y de pupilas dilatadas, suplicantes y aterrados. Barry tomó el pañuelo que Porter le ofrecía y lo puso entre sus dientes, mordiendo con fuerza. Se incorporó ligeramente en el sofá donde descansaba y desabrochó su abrigo. Porter le ayudó a quitárselo con cuidado y luego le quitó la camisa para descubrir el hombro izquierdo de Barry. Los vendajes se veían oscuros, casi negros. Joe comenzó a quitarlos poco a poco, mientras Barry mordía cada vez con más fuerza el pañuelo y soltaba leves gemidos por el esfuerzo de mantener el brazo en una posición horizontal. Por fin, Porter dio la última vuelta a los vendajes y dejó la herida al descubierto. El olor de aceite de almendras le pegó como una patada de mula en la cara. La infección era más que evidente. Los bordes de la herida se veían negros, y se podía notar una especie de pus saliendo de los agujeros en la piel. Barry vio la preocupación en la mirada de su amigo y, respirando con rapidez, escupió el pañuelo y le dijo a Porter:

-Sí, es hora, Joe. Sabíamos que este momento podía llegar tarde o temprano. Bueno, pues aquí estamos, viejo amigo. ¿Cuántas veces me has sacado de algún problema? ¿Cuántas veces te has tenido que meter en la mierda para ayudarme a salir?
-No lo sé, Barry. Posiblemente las mismas veces que tú lo has hecho por mí- respondió Porter, serio. La adrenalina comenzaba a dar vuelta a todo su cuerpo.
-Bah, hombre... para eso somos amigos. Joe, tendré que pedirte que de nuevo me saques de la mierda en la que estoy metido. ¿Lo harás?
-Seguro, Barry. Seguro.
-Bien, hermano, bien. Sabía que podía contar conti...- la frase quedó incompleta cuando un espasmo hizo que Barry arqueara la espalda de forma casi antinatural mientras dejaba escapar un gemido gutural.

Porter se levantó y vio a su amigo mientras se retorcía incontrolablemente. Los ojos de Barry se inyectaron con sangre y los músculos y tendones en su cuello se tensaron como cables de tal manera que parecía que terminarían por reventarse. Las encías se contraían dando una apariencia más larga a los dientes de Barry, en especial a los colmillos, lo que hacía que se viera como un grotesco vampiro. Barry abrió la boca para tratar de hablar, mientras veía de manera suplicante a su amigo:

-¡Por...ter!

Era la primera vez en mucho tiempo que le decía Porter. Fue suficiente para hacerlo salir de su asombro. Hizo a un lado su saco y sacó una Glock calibre 40 que portaba en la cintura, en su costado derecho y con un solo disparo le atravesó el cráneo a Barry que cayó de inmediato con medio cuerpo todavía sobre el sofá, pequeños espasmos moviéndole aún los dedos de la mano izquierda y el pie derecho. La bala entró por el lado izquierdo del hueso frontal y salió por detrás de la oreja derecha, manchando el respaldo del sofá con sesos y sangre, con un ruido de hueso roto y humedad esparcida.

Porter, se sentó y puso su cabeza entre sus rodillas, asaltado repentinamente por una sensasión de mareo y náusea. Con un par de arcadas, vomitó sobre el parquet de la sala. Respiró rápidamente tratando de calmarse. Poco a poco bajó el ritmo de su respiración y de su corazón. Escupió tratando de deshacerse del sabor de bilis mezclado con whisky que le quedó en la boca. Se incorporó y se limpió las lágrimas de los ojos, que habían salido por el esfuerzo al vomitar. Y por otras razones, por supuesto. Tenía que salir de ahí de inmediato. Alguien (o algo) podía haber escuchado el disparo. Tomó su mochila con provisiones y se encaminó a la puerta. Antes de abrirla, dedicó una última mirada al sofá. Los ojos de Barry seguían abiertos, perdidos en una mirada vacía. La boca abierta mostraba los colmillos "crecidos" y afilados mientras que sus manos ya quietas estaban torcidas y con los dedos arqueados en posiciones extrañas.

Al ver esos dientes, pensó en las leyendas de vampiros que se habían escuchado en distintas culturas desde los albores de la humanidad. Y aquí estaban, en la era moderna, en pleno siglo XXI, enfrentados a una pandemia apocalíptica. Y no, no eran vampiros. Eran algo peor.

Porter se acercó a la salida y escuchó atentamente mientras veía por la mirilla de la puerta, le pareció escuchar algo. Abrió lentamente y salió al pasillo. Parecía desierto. Se acercó a la escalera y comenzó a bajar. Al girar en una esquina al llegar a la planta baja se detuvo de repente, frío. Frente a una puerta estaba una mujer rubia dándole la espalda. Vestía una falda rosa y un sweater rojo tejido. Porter sacó su arma y le apuntó.

-Hey, señorita... ¿Está usted bien?- preguntó Porter en voz baja.

No hubo respuesta. Sin embargo la mujer se movió ligeramente, como si oliera el ambiente. Y entonces comenzó a girar despacio. Porter recordó de nuevo a esa joven rubia de cuerpo espectacular y "enamorada" de su amigo, en particular cada vez que sacaba la tarjeta platinum. Karma. Pero la ilusión desapareció rápido. La mujer se dio la vuelta y reveló un rostro ciertamente joven, pero con los músculos contraídos en una mueca semejante a una sonrisa cruel y forzada, los colmillos resaltando gracias a las encías encogidas. El ojo derecho le colgaba de la cuenca negra y le manchaba la mejilla con sangre seca y pus. El ojo izquierdo se fijó en Porter con ansiedad y hambre. La mujer levantó los brazos y extendió los dedos doblados en forma de garras gracias a la contracción de los músculos que el virus en su cuerpo había causado. Abrió la boca y dejó escapar una especie de siseo desesperante. Dio un paso hacia Porter y fue lo último que hizo en su vida. O mejor dicho, en su vida-después-de-haber-muerto. Porter jaló el gatillo y el ojo izquierdo desapareció casi de inmediato. La bala empujó violentamente el cráneo de la mujer hacia atrás, que cayó con los brazos aún extendidos.

-Karma...- dijo Porter- Al carajo. Ahora yo seré su karma, hijos de puta.

Salió, subió a un auto que tenía aún las llaves pegadas y se dirigió hacia el oeste, ya no solo para tratar de sobrevivir al apocalipsis zombie, sino para vencerlo. En nombre de Barry, claro, porque eso y más hace uno por los amigos.

Iosephus dixit.

jueves, 3 de enero de 2013

Seres de Costumbres

Sigo sin poder entenderlo. Hace unos días, fue Navidad, esa fecha en la que los cristianos celebran el nacimiento de su salvador en una celebración robada directamente de los romanos que realizaban el festejo del "Sol Invictus" (El Sol Invencible). Como seguramente todos sabemos, esas celebraciones tenían sus orígenes no solo en costumbres religiosas sino también en temas más prácticos relacionados con las cosechas y los cambios de estaciones. El punto es que en los inicios del imperio católico y para atraer más adeptos e incautos, los primeros dirigentes de la Iglesia decidieron piratearse fechas significativas para las personas y hacerlas pasar como propias. Adelantemos el video hasta la actualidad. La Navidad se ha convertido en una celebración familiar por excelencia, momento de reunión de seres queridos aunque por supuesto se ha mercantilizado a lo bestia con el tema de los regalos y esas mamadas. Sin embargo, no deja de tener un trasfondo y sus orígenes en la religión, por lo que le siguen considerando como una fecha de reflexión y demás tonterías moralistas y todo eso. Cosas aburridas pues. El caso es que la gente cree que la Navidad debe celebrarse sí o sí. Y me explico.

Durante los días pasados, ya cercanos al 25 de diciembre, cuando la gente me preguntaba qué haría, si me regresaría a México para pasar las fechas con la familia, que si iría a alguna reunión/cena o similar, que si saldría de viaje, etc. Cuando respondía que no, que no haría nada de eso entonces recibía el famoso "awwwww..." como con lástima. Pregunto entonces: ¿Por qué chingados? ¿Cuál es el maldito problema con el hecho de que no me interese hacer nada en particular en Navidad? No es obligación hacer algo en Navidad, saben. En especial cuando se es ateo. Y que quede claro, aprecio profundamente las invitaciones de la gente para compartir sus cenas navideñas, pero de verdad me vale .0078 mg de reata celebrar la navidad. Lo he dicho antes y lo digo otra vez, si mi propio cumpleaños me importa poco o nada (excepto para llevar la contabilidad de mi edad) pues mucho menos me importa el de un ser imaginario.

Y ya sé que muchos dirán que son "buenos deseos", son "felicitaciones sinceras" o incluso "buenas vibras" y si es esto último en serio, no mamen con sus "vibras". Sobre los buenos deseos y las felicitaciones sinceras está bien, lo aprecio y agradezco, pero tengan en cuenta que es tanto como si yo los felicitara por el Día de Newton (que por cierto es también el 25 de diciembre porque de hecho él SÍ nació ese día). A la mayoría de la gente eso les vale madre. Pues es lo mismo conmigo y la Navidad.  Y el año nuevo de pasada también. Todas esas mamadas del año nuevo me cagan la madre. Los propósitos siempre han sido un vil engaño y lo peor es que son un autoengaño ya que todo mundo hace el idiota declarando cosas como "ahora sí voy a bajar de peso", "mi propósito es ser mejor persona", "ahora sí voy a avisarle a mi mujer cuando esté a punto de terminar", etc. He aquí un detalle interesante: cualquier día del año es un buen día para iniciar un proyecto y fijarse un propósito, con objetivos medibles y alcanzables. ¿Qué tal? ¿No se habían dado cuenta? Asumo que sí, pero a muchos les vale madre ponerse objetivos y metas y mejor lo dejan hasta el fin de año para luego tener más tiempo de idear excusas medianamente creíbles.

Otra cosa que me llama la atención es cómo los cristianos declaran estas fechas como ocasiones de reflexión y paz, pero les caga que no se hable de la Navidad, como en Estados Unidos que la gente de la derecha se mega-encabrona cuando se sustituye el clásico "Merry Christmas" por un más genérico e inclusivo "Happy Holidays". Y esto es porque no toda la gente es cristiana, un concepto que los cristianos creen o dicen entender pero en realidad no pueden aceptar y además en esas fechas hay otras celebraciones como el Hanukkah de los judíos. Pero no, para los cristianos solo es importante la Navidad y nada más. El mundo separado por el mismo amigo imaginario. Chulada.

En fin, cómo le gusta a la gente enjaretarte sus ideas, creencias, necedades y demás ingeniosamente disfrazadas de buenos deseos y felicitaciones. No dudo que algunas serán sinceras, pero la realidad es que me parece que la gran mayoría simplemente son hipocrecías y como dije antes fórmulas prefabricadas repetidas solo por costumbre. Por malas costumbres.

Iosephus Dixit.