lunes, 19 de abril de 2010

Proyecto de Ciencias

-¡Vamos, vamos! Ya es hora de que te levantes para ir a la escuela

La voz de su madre le llegó primero en oleadas lejanas, como el sonido que hace el mar al romper en contra de las piedras de un acantilado y después como el rugido de cien fieras hambrientas. Abrió los ojos no sin dificultad, y después estiró sus músculos poco a poco tratando de desperezarse, y recolectando en su mente todo lo que tendría que hacer para ese día en particular. Fue entonces que elevó la vista hacia su escritorio de trabajo y vio su proyecto de ciencias para la escuela, debidamente resguardado en una caja de titanio. Desde la puerta de su habitación su madre nuevamente le conminó para que se levantara:

-¡Vamos, que se te está haciendo tarde! ¡Y no olvides tu proyecto de ciencias! Has trabajado mucho tiempo en él como para que lo olvides el día en el que lo debes entregar.

-Sí, madre...- respondió él, con tono cansino. Y cómo iba a olvidarlo si, como había dicho su madre, había trabajado en él durante mucho tiempo como para dejar que se escapara esa calificación. Era esencial para su posterior recomendación para continuar estudiando y después obtener una excelente posición de trabajo. Sentía como si hubiera trabajado casi toda una vida en ello.

Se levantó y, después de asearse, preparó sus cosas para la escuela. Desayunó rápidamente y... por poco olvida el proyecto. Con una sonrisa entre la satisfacción y la ironía, lo tomó con cuidado y partió rumbo a su escuela. Al llegar se dio cuenta de que la competencia sería muy interesante, incluso digna, pero seguía teniendo confianza en que lograría ganar. Empezó a observar los proyectos de sus compañeros: uno llevaba algo que llamaba "Proyector Molecular" con el cual podía escanear la imagen de una persona y proyectarla a casi cualquier distancia, materializándola como si realmente estuviera ahí. Podía utilizarse para que una persona pudiera estar "presente" en un lugar sin necesidad de trasladarse hasta ahí. Otro más llevaba algo llamado "Transmutador Estructural" con el que podía cambiar la estructura de los objetos prácticamente transformándolos virtualmente en otra cosa. Uno más tenía algo parecido a lo que llamaba "Transmogrificador" con el que podía modificar su propia apariencia incluso transformándose en otra persona.

Llegó entonces el momento en el que los Siete Grandes Maestros de la Escuela llegaron a calificar y buscar al ganador de la importante presea, se detuvieron ante el proyecto contenido en la caja de Titanio. El Maestro Principal, levantó una ceja y dijo:

-Muy bien, joven, ¿qué tiene que mostrar?

El muchacho, no sin cierto nerviosismo, giró hacia la caja y pasó suavemente un dedo por encima de una especie de lector luminoso de cristal que se encontraba en la parte superior del cubo. Una serie de sonidos electrónicos le dieron vida al recipiente cuya tapa se abrió con un sonido de aire gracias a los actuadores neumáticos. Así sucedió también con las paredes laterales que se abrieron hacia atrás y, finalmente, la cara frontal bajó lentamente para revelar el contenido. Suspendido dentro de otra caja de cristal se podía ver una serie de esferas, girando en torno de otras más brillantes. La luz que emitían llegó a ser tan fuerte que algunos tuvieron que cubrirse los ojos con el brazo. El Maestro Principal habló nuevamente:

-¿Qué es esto?
-Lo llamo "Contenedor Multidimensional"- contestó el muchacho con un dejo de orgullo.
-Muy interesante. Y ¿qué hacen todas esas esferas? ¿Para qué sirven?
-Bueno, en realidad debo confesar que mi proyecto en un principio no eran las esferas, sino la caja que las contiene. 
-¿Cómo?- respondieron los maestros viéndose unos a otros.
-Sí, la caja está diseñada para ser un contenedor multi-dimensional. Pero, mientras lo desarrollaba, me pregunté qué pasaría si hacía una serie de mezclas de elementos en un concentrado de alta densidad. Después lo inserté dentro de la caja y apliqué una inducción de energía. El resultado, apreciables y distinguidos maestros, fue debo decirlo, espectacular.

Los Maestros se vieron nuevamente entre sí, asintiendo en señal de aprobación. El joven continuó:

-Afortunadamente me tomé la libertad de grabar el fenómeno para que lo revisen si así lo desean.
-Por supuesto, adelante- dijo otro de los maestros.

El joven extrajo un cristal de su bolsillo y lo colocó en una ranura bajo un monitor también de cristal. de inmediato se iluminó la pantalla y apareció la imagen en la que se veía él mismo junto a la caja de cristal. "Prueba número 23-VL-YV. Inyección de elementos, carbono principalmente, y posterior exposición a energía". El joven en la imagen de la proyección, manipuló algunos instrumentos y se pudo observar un pequeño punto, casi invisible que caía lentamente hasta quedar en el centro del cubo de cristal. Después, se observó una línea luminosa que salió desde un aparato colocado sobre la caja, y que pareció llegar directamente hasta el punto en el centro. Casi instantáneamente, el pequeño punto pasó de ser casi invisible a iluminarse y crecer en lo que pareció una explosión de energía de miles de colores, sin embargo la caja no se movió ni un milímetro.

-La cantidad de energía liberada fue enorme, y ahora, después de hacer algunas adecuaciones, se puede utilizar la caja como una batería con capacidad suficiente para sostener nuestras necesidades de energía durante mucho tiempo.

Los sorprendidos maestros aplaudieron con orgullo por tener entre ellos a estudiantes tan brillantes. Posteriormente y de manera unánime, le otorgaron el premio principal y le aseguraron un futuro lleno de logros y satisfacciones. El muchacho, después de recibir saludos y felicitaciones de sus compañeros, se preparó para guardar su proyecto y regresar a su casa. Tenía planeado continuar con sus análisis de las esferas y antes de cerrar la caja con su contenedor de titanio, le echó un último vistazo a los elementos luminosos que flotaban dentro. Uno le llamó la atención por encima de otros. Una esfera azul girando alrededor de una amarilla, que parecía estar cubierta por una especie de gas blanco en movimiento, y extensiones de lo que parecía ser tierra. "Tierra", pensó, "Sí, así le llamaré a esta esfera, Planeta Tierra." Le pareció ver algo de movimiento en la superficie del planeta, como si hubiera pequeños puntos moviéndose. En ese momento algunos de sus compañeros le llamaron para que los acompañara. Cerró la caja y se fue a festejar dejando la investigación para después. Ya tendría tiempo.

En la superficie de la Tierra, los primeros seres salían del agua y empezaban a respirar el oxígeno ya presente en la atmósfera. La vida encontró su camino y se inició el proceso por el cual llegaría a desarrollar la conciencia suficiente para preguntarse, ¿De dónde venimos? No tendrían ni idea...

Iosephus Dixit

martes, 13 de abril de 2010

Reunión

Parecen estar todos aquí. Viejos amigos, compañeros o aliados que me han acompañado durante diferentes etapas de mi vida y que ahora regresan para recordarme que ahí están, siempre disponibles. Para que no olvide que mientras el mundo es inconstante, mientras que el resto de la gente es un cúmulo de hipocresía indigno de confianza y mientras que las mundanas ilusiones se desploman constantemente cayendo al polvo y a la mierda, ellos están, en cambio, siempre listos para acudir al llamado que se les haga.

Ahí los veo y los saludo: Desconfianza, ese joven elegante siempre atento a los signos que pueda encontrar para descubrir a los traidores. Sus ojos saltan de un lugar a otro buscando las trampas que nos puedan tender nuestros enemigos... Pero especialmente las trampas de aquellos que consideramos nuestros amigos. Esa es su especialidad, descubrir a quienes en realidad sólo forman parte del creciente número de humanos que prefieren la hipocresía a la verdad.

¡Ah, Lodur! Nórdico dios de la Soledad. Ahí estás, sentado en un rincón apartado, con  tu larga y blanca barba, tus cabellos canos, y tu semblante serio y meditabundo. No, no se confundan, no está triste. Al contrario, sabe que en muchas ocasiones es precisamente la Soledad la que ayuda a los Buscadores a encontrar los secretos que encierran la Verdad. A veces le acompaña la Desesperación y entonces sus visitas no son agradables. Créanme, yo lo sé. Afortunadamente no la veo hoy aquí.

Y ahí, veo dos figuras, femeninas ambas. Es común que actúen juntas pues el arte de una puede desencadenar el grito de la otra. La primera es Mnemósine, la Memoria, el olvido es nada para ella, y hoy me trae los recuerdos que provocan la aparición de su compañera: Erida, hermana de Ares, cuyo grito encendió a los griegos cuando se encontraban ante las murallas inquebrantables de Troya y fue ella quien animó la furia del Pelida en contra de Agamemnon. Es la eterna diosa del Odio.

Han sido ambas mis más cercanas compañías en los momentos en los que Erebos enviaba su mayor oscuridad. Han estado aquí conmigo constantemente trayéndome recuerdos que alimentan los más diversos sentimientos, encontrados en las profundidades de mi mente y de mi alma y hoy se vuelven a reunir con los demás para acompañarme y fortalecerme, para levantarme y apoyarme. Para que no confíe. Para que no esté solo, pero que no desprecie la soledad. Para que no desespere. Para que no olvide. Para que odie.

Para que viva. Bienvenidos todos.

Iosephus Dixit