miércoles, 20 de enero de 2010

Excavando en el Pasado

Me puse a leer mi blog desde el principio. No sé qué sentir. Es muy raro ver la forma en la que escribía hace unos meses (apenas me di cuenta que el pasado 2 de Septiembre este asqueroso blog cumplió dos años). Me gustaba escribir acerca de tonterías, pendejadas, ridiculeces. Buscaba un estilo entretenido, fácil de leer, fácil de asimilar, incluso tirándole a medio chusco. Encontraba algo en la calle y tomaba nota (o fotos dependiendo) para bloguear después acerca de eso. Me he encontrado con cuentos que disfruté mucho escribiendo y sucesos de mi vida que quise compartir a veces de manera muy abierta y en otras ocasiones de manera muy velada o discreta. Encontré pues una especie de cápsula de tiempo en donde una amalgama de sentimientos, broncas, alegrías, felicidad temporal, enojo, preocupaciones, filosofías, gustos, disgustos y demás pendejadas, se mezclan y conforman un todo en constante movimiento.

Debo confesar que al leer, me vi tentado a borrar algunos posts que hoy no tienen validez, como de hecho lo hice con uno o dos. Pero después me detuve. No es necesario borrarlos, están ahí por una razón y aunque esa razón tal vez ya no tenga validez hoy, se han convertido en parte de la historia personal de quien esto escribe. Sí, ya carecen de significado, pero ahí se van a quedar y los que borré tampoco van a regresar. Sí, ya lo sé, un blog (y sobre todo este en particular) no es la gran cosa ni es un documento precioso que vaya a tener una enorme trascendencia. Bueno, pues tal vez no para la humanidad pero para mí ha resultado ser un curioso espejo en el que puedo ver mis propios rostros. Así, en plural porque en efecto uso muchos rostros, máscaras si lo prefieren dependiendo del estado de ánimo en el que me encuentre y eso se refleja en las babosadas que escribo en este pinche blog.

Sí, me divierte ver algunas de las cosas que he escrito. En otras ocasiones me entristece un poco. En otras más me encabrona de a madres. En general me hace reflexionar. Y me pone a pensar que lo interesante de esta vida es precisamente el hecho de que no debemos dar nada por sentado. Es una lección que he aprendido a los chingadazos y también a madrazos he entendido que no hay que confundir expectativas con certezas. Quiobo, ¿ya se sabían esa? A mí me ha costado sangre, sudor y lágrimas aprenderlo, pero ahí está la lección.

Por otro lado también aprendí que, lejos de desanimarnos porque esa idea que teníamos no se dio tal y como la habíamos imaginado, pues simplemente hay que imaginar otra cosa y (con los pies en la tierra) seguir adelante. No, no chinguen, no estoy hablando de ondas tipo "El Secreto" o algo así, simplemente es replantear las ideas y los objetivos de acuerdo a la realidad. Ah, mi estimado blog, no sé cuántas cosas más faltarán por publicar, no sé si dejaré de escribir un rato o si simplemente seguiré escribiendo lo que se me ocurra cuando se me ocurra. Aunque no sea una certeza.

Iosephus Dixit

martes, 12 de enero de 2010

Migraña

Guadalajara. Septiembre de 2000.

La clase está especialmente aburrida. Tanto que parece que le está dando una especie de sueño, flojera... ¿Náusea? Su vista se empieza a nublar, el rostro del profesor se ve extraño como distorsionado, incompleto. Era como un brillo, como un reflejo solar que deja viendo esas luces durante un rato y no permite una visión completa de las cosas. "Esto no está bien", pensó. Aún así esperó a que terminara la clase y de inmediato bajó hasta el kiosko para comprar un refresco de cola. La gente siempre tiene ese extraño remedio: "Tómate una coca", como si fuera la Panacea. Pero el caso es que lo hizo, se bebió el contenido de la fría lata en unos minutos esperando que, como por arte de magia, el oscuro líquido arrastrara cualquier rastro de malestar y el gas lo evaporara para sentirse bien. Habría una conferencia interesante en el auditorio de la Universidad y no se la quería perder. ¿De qué se trataba? "Diablos, me está empezando a costar trabajo incluso pensar..."

La náusea empeoró. Sensiblemente. Ahora mareos constantes se sumaban a la cada vez mayor pérdida de visión, pues un cuadrante de su línea visual estaba ya sumergido en ese brillo extraño, casi fantasmagórico e insoportable. ¿Qué más podría pasar? Ah, sí... El dolor de cabeza. La mitad izquierda de su cráneo parecía haber decidido separarse del resto de su cuerpo pues esa era la sensación que estaba experimentando en ese momento. El agudo dolor en racimo partiendo de su sien y arrastrándose como un puñado de maléficas serpientes hacia el resto de su cabeza y cuello le estaba haciendo estallar la cabeza. Parecía además como si su ojo izquierdo estuviera dispuesto a colapsarse, entrar en un estado de reducción implosiva y desaparecer con ese dolor. La situación no parecía tener fin. Tomó la decisión de llamar a su casa. En ese estado ni siquiera se sentía seguro para tomar un autobús o incluso un taxi. Sin poder pensar claramente, ¿cómo le diría a la persona cómo llegar a su casa?

El celular dio señal en un par de ocasiones hasta que le contestaron, explicó la situación y en menos de media hora ya estaban ahí buscándole. Él se subió al auto y arrancaron rumbo a la comodidad y seguridad de su habitación. No habían alcanzado ni siquiera medio kilómetro andado cuando se tuvieron que detener. Él no pudo más en la batalla contra la náusea y vomitó copiosamente... en especial el famoso "remedio" de Coca Cola. Regresó al auto y no volvió a saber de sí mismo hasta que llegaron a su casa. Del trayecto recordaba extrañas imágenes: el auto, difuso, raro. Las luces de la ciudad distorsionadas y deformes. Cuando por fin se pudo acostar ya no podía ni siquiera pensar de manera normal. Era casi como si los pensamientos le causaran dolor y más náusea. Trató de expresar su molestia diciendo "¡Mierda!" pero un balbuceo sin sentido fue lo único que pudo articular. Finalmente cayó exhausto después de vomitar hasta lo que no tenía en el estómago y despertó al día siguiente, adolorido pero mucho mejor.

Zapopan. Enero de 2010.

Otra vez "El Aura". Ese brillo salido de la nada al que tanto le ha estado temiendo durante diez años parece haber regresado después de una etapa de su vida en la que la tensión mental parece querer matarlo. Pero son tonterías que él está seguro que puede dominar, con tiempo. Pero el punto es que ahora, la realidad le muestra esa "aura" que le impide ver bien. Los compañeros de su trabajo que están con él a la hora de la comida parecen preocupados por su semblante. No se ve bien y parece preocupado. Y lo está. Han pasado diez años desde la última vez que eso pasó y no quiere que se repita. Por alguna razón empieza a pensar en todo lo que ha sucedido en esa década. Viajes, trabajo, cambios, personas, amigos, amigas, decepciones, odios, alegrías, felicidades, descubrimientos, más decepciones, desengaños, pruebas, dolores, amor, desamor, tonterías, ridiculeces, más odio, miedos, caídas, recuperaciones, fortalecimientos, debilitamientos, hartazgo, ilusiones, fantasías, realidades... Realidades. Por alguna razón empezó a pensar qué tan real es lo real. Qué raro que se pusiera a pensar eso en medio de un inminente ataque de migraña.

Terminaron de comer y después de dejar a sus compañeros en la oficina se fue con el Doctor. No fue tan grave como esa tarde en la Universidad diez años atrás. Fue como si de alguna manera hubiera sido capaz de controlar el ataque. El aura desapareció y sólo dejó un dolor de cabeza intenso que fue aminorando y desapareció por completo cuando se tomó la poderosa medicina sublingual que le recetó el médico. Todavía faltaba resolver los problemas de tensión que le estaban aquejando desde hacía algún tiempo, pero ya también estaba tomando las medidas necesarias. Todo pasaría y estaría bien. Todo estará bien.

Guadalajara. Septiembre de 2010.

- ¿Desde hace cuánto que está así?
- Precisamente hoy se cumplen diez años.
- Es increíble. Todos sus signos vitales le muestran como dormido y sin embargo no hay manera de despertarlo. Incluso hemos tratado con inyecciones de adrenalina y nada. Los misterios del cerebro son tantos y tan insondables, que no sabemos qué pasa ahí adentro. ¿Estará soñando?
- Quién sabe. Y quién lo iba a pensar, creíamos que sólo era una migraña.

Nota del Iosephus:

Esta breve historia está basada en el hecho de que me puse a pensar que, en ocasiones, la migraña puede tener efectos similares a una afectación neurológica importante y me puse a pensar "¿qué tal que una vez te da migraña y resulta que no fue tal sino algo más cabrón?" "¿Y qué tal que nada de esto sea "real"?" ¿Y qué tal que todos ustedes son invención mía? ¿Qué pasará cuando despierte? ¿Es cognoscible el ser?

Bueno el caso es que esta pequeña historia esta basada en hechos... ¿
reales?

Iosephus Dixit

jueves, 7 de enero de 2010

Un Largo Diciembre de Un Año para Olvidar

En un tono distinto (y sí, un poco más optimista, pero sólo un poco) con respecto a esto del final e inicio de año, esta es una excelente canción de los Counting Crows. Les dejo "A Long December"



"I Wish You Would..."

Iosephus Dixit.

viernes, 1 de enero de 2010

Balance

2009, vete a la mierda. Para mí, un año para olvidar. Y tú 2010, de una vez también vete al carajo. Eres un año que pinta para estar de la chingada, ¿por qué? de entrada por el puto mundial. Ya me imagino a todo mundo jodiendo con esa mamada noche y día. Bueno ya pues, como sea.

P. D.- Sí pues, está bien reconozco que también tiene de rescatable a mi familia y amigos más cercanos. Y algunos cambios en la chamba. Y uno que otro episodio por ahí que masmenos cae en la categoría de "Buen Recuerdo". De todas maneras lo mando igual al carajo. Gracias y saludos varios.

Iosephus dixit