(Léase imaginando la voz de David Faitelson)
Alejados ya de las cálidas aguas de la playa de Madero, la cerveza helada, el calor de la chingada y doña Ofelia preparando tortas de ensalada pal viaje en carretera a veces soleada, a veces curvada y a veces lluviada (¿Qué? Pos es que si no no rimaba esta y la otra mamada). El camino, dos personas, dos cocas, 4 tortas (eran 6 pero dos ya nos las chingamos) una estación de radio (una SOLA estación de radio) fiel y única acompañante en el sinuoso camino de González a Victoria. Escenario único en el que es posible observar una de las conductas más raras en este planeta: la cortesía del trailero. Lumamomo, el conductor del vehículo en el que vamos a Nuevo Laredo, tiene la rara habilidad de manejar y tomar fotos al mismo pinche tiempo (y buenas fotos debo decir), otra de esas actividades extremas que le dan saborcito a la vida. Toma muchas fotos. De cualquier cosa. Neta. De lo que sea. Las nubes al noroeste amenazan con lluvia, pero muy probablemente no estemos ahí cuando lleguen, ya estaremos varios cientos de kilómetros adelante.
En la gráfica El Cerro del Bernal
Escala gasolinera. $7.01 el litro. "No subirán los precios de la gasolina hasta el próximo año". ¿Tan rápido viajamos que ya llegamos al próximo año? Agua, chequeo rápido y a seguirle. Se acabó el programa del PRI y ahora hay música en español: pinche Paulina sigue berreando en el radio. Puta madre qué horror.
La gasolina a $7.01
La lluvia nos alcanza pero nos escapamos rápidamente, las nubes nos salvan de la inclemencia del sol tamaulipeco. Pueblitos, ranchos, cerros, artesanías, Poblado próximo, disminuya su velocidad, cruce peligroso, cruce de ferrocarril, no rebase, 100 km/h., dulces, miel, camarón fresco... todo lo fresco que pueda estar a 32 °C.
Como una oscura amenaza se acercan las nubes desde el occidente.
"Los voy a alcanzar" parece decir la tormenta.
"Nos vale pistola" contestamos nosotros.
-¿Y esos qué venden? - le pregunto a Lumamomo justo al ir pasando por Hidalgo, Tamaulipas.
-Chiles - me dice.
-¿Chiles?
-Sí. Chile de... pues ora sí que chile de monte - me contesta.
Pintor principiante logra encontrar el centro de la carretera después de varios intentos.
Acuso el albur con gracia y después de las carcajadas de rigor seguimos a partir la tormenta justo por mitad. "Con que no granice" dice Lumamomo sin intención de ponerme nervioso, aunque apenas alcanzo a ver la camioneta de adelante y con mayor dificultad el camión al que sigue. Ya ni rastro de los insectos que terminaron su día de manera abrupta en el parabrisas "Esto ya se va a acabar" dice y dos minutos después en efecto salimos de la lluvia. Obviamente no pierde la oportunidad de presumir la demostración de conocimientos meteorológicos. "¿Ves?, te dije que ya se iba a acabar, yo sé de este pedo". Y así por el estilo hasta llegar a unos kilómetros de Monterrey y de ahí a Nuevo Laredo.
En resumen el asunto queda así en números:
- Pasajeros: 2
- Tortas: 6
- Refrescos: 5
- Big Bites del 7 Eleven: 4
- Velocidad promedio: 120 Km/h
- Insectos estrellados contra el parabrisas: 58
- Veces que se dijo la palabra "¡verga!": 148
- Veces que se dijo la palabra "¡merga!": 39
- Cantidad de atajos: 1
- Cantidad de atajos que nos hicieron perder más de una hora: 1
- Duración total del viaje: 9 horas, 27 minutos