9.- Las conversaciones con tus amigos de la escuela empiezan con un: "¿Te acuerdas de la vez que....?" ó "¿Te acuerdas de sutanito? Pues ya se casó".
8.- La gente (incluso algunos mayores que tú) te empiezan a hablar de usted. Esto incluye las veces que se refieren a tí como "Señor" ó "Señora"
7.- Te emocionas (en menor o mayor medida) cuando escuchas música de "tus tiempos". En mi caso, la música ochentera... A ustedes también les encanta, no se hagan. Hasta con Timbiriche y Parchis se emocionan. Me dan asco.
6.- Te emocionas todavía más cuando ves caricaturas de aquellas épocas: Mazinger Z, Los Thundercats, Los Súperamigos, Los Caza Fantasmas, Los Halcones Galácticos, Robotech... *Snif*
5.- Empiezas a añorar los tiempos de la escuela. Probablemente pienses: "Ah, cómo extraño la escuela". En este caso no solo estás viejo(a)... estás loco(a). Quién diablos quiere volver a la escuela... No mames y ¡Sigue con tu vida!
4.- Ves los programas de televisión que ven los niños actualmente y, bueno, no les entiendes ni madres.
3.- Alguien (por ejemplo alguno de tus compañeros de escuela) te presenta a su hermano(a)/primo (a)/sobrino(a) que conociste cuando era prácticamente un bebé y ahora es más alto(a) que tú.
2.- Ahora las modelos que aparecen en la revista del conejito y otras tantas publicaciones son considerablemente menores que tú, pervertido.
1.- El tiempo sigue su curso así que, hagas lo que hagas, hoy eres más viejo(a) que ayer. Supéralo y envejece con estilo. Y con dignidad. ¿Saben lo que es eso? No verdad. Me lo imaginaba. Get a Life!
(Inspirado por la reciente experiencia del buen Phillipus Creeperius quien, aún a su tierna edad, se acaba de dar cuenta de que el Tiempo tiene un enfermizo sentido del humor y por el Paius Koritum que redescubrió que con sólo las entradas de las caricas que veíamos de chiquillos nos volvemos a transformar en esos mismos niños de hace 20 años)
Iosephus Dixit.
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