lunes, 3 de septiembre de 2007

Reflexiones Filosóficas (oséase ¿Es Cognoscible el Ser)

Mientras me encuentro envuelto en la profunda sensación de reflexión que proporciona la soledad del viajero acostumbrado a descubrir nuevos horizontes mientras añora aquellos que lo vieron nacer, pasan por mi mente cientos de cavilaciones que se arremolinan en continua y casi interminable sucesión, como ejércitos salvajes que se abalanzan contra el enemigo. Como náufragos sedientos buscando con desesperación el néctar que salvará su vida. Como criaturas que han pasado una temporada de hibernación y desean ver nuevamente la luz que les permita vivir. Son pensamientos que anhelan adquirir forma y pasan unos sobre otros hasta que alguno logra posicionarse en mi mente y espera con paciencia a que lo traiga a este mundo....

Y ahí está..... esperando.... como la fiera que soporta estoicamente todos los elementos hasta que su presa está condenada a morir. Morir para dar vida. Y el pensamiento espera, aguarda el momento preciso, exacto, glorioso en que por fin existirá. Hablado, escrito, pintado.... Cualquiera que sea la forma se prepara para hacer su entrada en esta Tierra.

¡Y al fin nace! Se presenta vencedor de mil obstáculos, destructor de mil barreras y más fuerte que cualquier otra meditación, se alza sobre la conciencia y exclama:










¡Me carga la chingada! Qué hueva, me cae....







Chale.

Iosephus Dixit.

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