martes, 22 de julio de 2008

¿¿El Qué??

Mi televisión está programada para encenderse sola todas las mañanas. En ocasiones después de surfear canales la noche anterior, ni cuenta me doy en dónde dejé la sintonía y los programas matutinos de los sábados a veces no son precisamente algo agradable. El sábado pasado, mientras me preparaba para levantarme y bajar a desayunar, ví algo en un programa (en el que sale Maribel Guardia) que me pareció fundamentalmente bizarro.

¿El Chupómetro? ¿En serio? No ps no mamen...

Iosephus Dixit

viernes, 18 de julio de 2008

Cosas Que Me Revientan La Madre VIII

Los servilleteros llenos más allá de su capacidad normal y operativa, lo cual provoca que, al intentar extraer una (1) servilleta, terminas levantando el servilletero completo, o bien, terminas haciendo un desmadre con el resto de las servilletas:

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En serio, de verdad, cómo me encabrona eso. Ah pero los tacos de barbacoa estaban poca madre.

Iosephus Dixit.

viernes, 11 de julio de 2008

¡Libertad!

Ese fue el tema de esta semana en Metatextos. Y no, no se trata de una frase de película de Mel Gibson. Simplemente, en esta ocasión, el Ejercicio Diecisiete de Metatextos fue libre, podíamos escoger cualquier cosa para escribir. Así que, como no participé en el ejercicio anterior porque no tuve chance, aquí dejo mi texto con un tema que me había estado dando vueltas en la cabeza durante algún tiempo pero hasta ahora lo publico.

A ver qué tal salió porque lo escribí faltando como veinte minutos para que terminara el plazo de envío. Sobres pues, ahí nos vemos y no olviden darse una vuelta por el Taller pa que le echen un vistazo a los otros textos.


Quis Ut Deus

-Sabes bien que esto no es justo.- Su voz sonaba tranquila, envuelta en la seguridad de quien se sabe inocente del crimen que se le imputa. Caminaban juntos con paso lento, a través de los largos pasillos de la fortaleza enclavada en lo alto de una montaña.

-Mi papel no es juzgar- contestó su acompañante- sólo ver que se cumplan las leyes. Tú las rompiste y mi deber es detener la rebelión, para llevarte junto con tus seguidores, ante el Alto Consejo.

-Pero ¿Seré juzgado por buscar la libertad? ¿Por apelar a la razón?- Ahora su voz sonaba un poco más elevada. Sus brillantes ojos color miel, contrastantes con el negro de su cabello, parecían casi dorados mientras defendía su postura con vehemencia.

-Por rebelarte contra el orden establecido.

-¿Orden? ¿No quisiste decir “régimen”, Hermano?

Su interlocutor giró lentamente la cabeza para ver el rostro de su otrora compañero. ¿De verdad lo seguía considerando así? Eso parecía.

-Tú sabes que no…- y por un momento dudó. Finalmente no lo llamó de ninguna otra manera.

-Así que seré juzgado. Qué ironía, yo, que fui uno de los primeros…

-El orgullo no es algo que debas cultivar en estos momentos.

-El orgullo parece ser lo único que me queda en estos momentos. Tengo entendido que me quitarás lo que he creado. ¿Quién se hará cargo de mi reino, Hermano? ¿Tú, acaso? O será Gabriel a quien he visto dentro de tu séquito?

-Ninguno de los dos. El Príncipe en persona se hará cargo.

Lucifer se detuvo de repente y encaró a Miguel:

-¿Qué? ¡Pero este planeta es mío! Yo lo creé, yo les dí libertad a sus habitantes. ¡Les di la capacidad de decidir!

-Hasta aquí llega tu rebelión- dijo Miguel.

-¿De verdad? Creo que la rebelión apenas comienza- contestó confiado Lucifer.


Iosephus Dixit.


lunes, 7 de julio de 2008

Enchílame la Máquina

Las calles están desiertas. La luz del día apenas se filtra entre las nubes que cubren el cielo, y la mayoría de los edificios parecen abandonados. Algunos están derruidos, cayéndose por la acción del abandono y la destrucción en general. Siento que algo no anda bien. No sé exactamente qué es, pero siento que algo no está en su lugar o... que va a salir mal.

Estoy dentro de un edificio con múltiples ventanas, por un momento me parece que es (o era) una barbería pero no estoy completamente seguro de ello. Estoy buscando a alguien, a cualquier persona, pero no veo a nadie. ¡Un momento! He visto movimiento detrás de una puerta entreabierta. Me acerco con cautela, sin hacer ruido; en efecto veo una sombra, definitivamente hay alguien aquí en este edificio conmigo. Hay alguien... o algo.

Me acerco lentamente, escucho algo, parece como una respiración fuerte. ¿Está oliendo algo? ¿Tiene algún resfriado o algo así? La respuesta es mucho peor de lo que creía:

Una ola de terror me asalta y, con más cautela que antes, me alejo y corro fuera del edificio. Justo cuando salgo escucho la puerta al convertirse en miles de astillas de madera. Tengo que huir, la adrenalina me invade y logro ponerme a cubierto pero no tengo nada para protegerme en caso de que surja otra amenaza. No hay Lancers, granadas, arcos, Hammer Bursts ni nada por el estilo en las inmediaciones, mucho menos un Martillo del Alba, así que me las tendré que arreglar sin armas. Tengo que avisar a quienes puedan estar cerca. Tengo que salvarme. ¡Tengo que salvarme!

O despertar...

El fin de semana me lo pasé jugando X-Box, desde Project Gotham Racing 3 hasta el Hexic que viene incluido con la consola. Obviamente no pude dejar de jugar el Gears of War y desde luego el Rock Band en el cual he estado pateando traseros en línea. Fuera de la ocasional resequedad de los ojos y dolores en los dedos de ambas manos, todo estaba bien, sin problemas. Hasta la noche del domingo (6 de Julio para ser más exactos).

Ps resulta que después de este fin de semana de videojuegos, cometí el error de cenar enchiladas de mole. Sí, fue un error. No me provocaron ningún malestar estomacal, no me cayeron mal, es más de hecho estaban bastante buenas. El problema fue otro completamente diferente. Pinches pesadillas mal pedo.

Mi recomendación: no combinen Gears of War con enchiladas de mole. Es una mezcla peligrosa.

Iosephus Dixit.