viernes, 30 de enero de 2009

Choques

Van a empezar nuevamente mis viajes. Y no inician en el mejor momento. No quiero salir. No tengo ya la misma voluntad que tenía antes para viajar. Estoy en una especie de etapa más rebelde que de costumbre y mi mente y mi alma están en otra parte. sabes a qué me refiero. Además me da por cuestionar todas las decisiones, casi tanto como al principio de mi participación en este proyecto laboral. Ah qué tiempos aquellos.

Corría el año de 2002. Eran tiempos de "vacas gordas". Todos los viajes se hacían por avión, y cuando digo avión me refiero específicamente a Aeroméxico y Mexicana. Era el tiempo en el que yo tenía acceso al Salón Premier y mi status como Cliente Frecuenta era Silver. Nada de aerolíneas económicas. Bien, pues recuerdo específicamente una ocasión en la que inició mi viaje con una visita a Ciudad Juárez. Aburrido no sería un término suficientemente descriptivo para ese viaje. Una enorme pendejada y una estúpida pérdida de tiempo se acercaría un poco más. De ahí, y en uno de los jets de Aerolitoral, me fui a Tijuana. And all hell broke loose.

No soy un ecologista ni mucho menos, pero sí soy de la idea de tener una cultura paper-less. Así que cuando me asignaron mi flamante lap Toshiba, yo de inmediato diseñé unos cuantos formatos de reporte de actividades (que igual ahora los veo y digo "qué Peter está eso") y enviaba mis informes semanales de manera electrónica.

Primer Choque.

Un día cualquiera entre semana en Tijuana. Son las 8:00 hrs (dos horas menos que el Centro de México). Suena mi teléfono celular y se lleva a cabo un diálogo con una "figura de autoridad":

-Sí, diga.
-Sí, José. Buenos días. ¿No te agarro dormido?

Al parecer el incesante ruido de camiones, montacargas, gritos, chiflidos, cornetas y demás linduras no es pista suficiente de que no estaba dormido. Ya estaba trabajando. Desde media hora antes (sí, entraba a las 7:30 en algunas ocasiones porque tenía muy puesta la camiseta) Esa sola pregunta logró ponerme de mal humor. No, perdón, corrijo: logró encabronarme de manera espectacular.

-No. No estoy dormido. Ya estoy trabajando- contesto en un tono de voz lo suficientemente frío como para bajar un grado la temperatura solar. Después de mi estóica respuesta, me quedo en silencio, esperando.

-Ah... muy bien, muy bien. Estoy revisando mis correos y vi que me mandaste tu reporte de actividades.
-...
-¿También me lo enviaste por mensajería?
-¿Cómo?
-Sí, por mensajería. A mano.

No tengo idea de cuál será la temperatura de ebullición de la sangre pero empezó a hervirme en las venas.

-¿A mano? ¿Es en serio? ¿Y la lap está de adorno?
-No, más adelante sí será el envío electrónico, pero por lo pronto necesito que me lo envíes en papel y a mano.
-Y seré cuiroso pero ¿por qué a mano?
-Porque así lo hacen en el departamento Fulano de Tal.
-¿Y porque así lo hacen ellos, así lo tenemos que hacer nosotros? Si nos están dando esta herramienta, tenemos que aprovecharla al máximo.
-Sí pero sí necesito que para, comprobar que estás haciendo tu trabajo lo mandes en el formato a mano. Ah y ¿qué pasó con las copias?

Segundo Choque.

-¿Copias? ¿Para qué quieres copias si ahí tienes los datos de los documentos en el reporte?
-¿Cómo que para qué? Es que así compruebas que estás haciendo tu trabajo...
-¡¡Lo compruebo con el reporte!! Es más de lo que necesitas para comprobar que hago mi trabajo.
-Pues necesito que me mandes las copias.
-Pues si tengo oportunidad lo hago.
-¿Cómo que si tienes oportunidad?
-¡Si tengo oportunidad!

A veces la tuve. A veces no. Creo que no me daba cuenta, pero me empezaba a valer verga todo eso.

Tercer Choque.

-Qué bueno que llamas, necesito que vayas otra vez a Ciudad Juárez.

Escucharlo diciendo esa frase me hizo comprender por un momento la mente de los asesinos es serie.

-¿Para qué? Acabo de estar ahí hace unos días.
-Necesito que entregues un oficio.
-¿Qué? ¿Un oficio? ¡Mándalo por mensajería!
-No. Necesito que lo entregues personalmente para que hables con Don Fulanito acerca de este asunto.
-¿Y el teléfono? ¿Por qué no llamas por teléfono? Nos ahorraríamos miles de pesos... y de horas. No, olvídalo. No voy ni de broma.
-P-pero... no te pongas en ese plan....
-Ningún plan. Es ridículo e inútil regresar a un lugar en el que acabo de estar a hacer trabajo de cartero. ¡Ni madres! No voy a hacer eso, ya estoy comprando mi boleto de avión y claro que no voy a Juárez.
-No, espérate no lo compres... Déjame ver qué onda...
-¡Luego hablamos...!

Colgar un teléfono público de un chingadazo después de estar hablando a los gritos únicamente logra atraer un poco más de atención de la que ya se tenía en un principio. Pero había que reconocerle algo. Cuando se ponía una meta (y generalmente esa meta era chingar) buscaba y buscaba hasta que encontraba la manera de hacerlo. Después de buscar entre literalmente miles de líneas de datos encontró una irregularidad que requería investigación. Sí. Fui a Juárez.

Hoy siento que no tengo la misma resistencia para soportar todo eso. Hoy me siento repentinamente cansado. Incompleto. Debilitado. Confundido. Hay días en los que podría incendiar el Universo.

Iosephus Dixit

5 comentarios:

elmonares dijo...

Sinceramente ese jefe que tienes es una mamada compadre. Como sea usted es un pinche espartano compare, así que no va a quedar mas que seguirle dando en lo que sale algo mejor. (eso último se oyo medio gay, pero no se preocupe, porque nosotros somos hombres ¿qué no?

Iosephus dijo...

Jajajajaja... ¡A huevo, Compare! Ps, sí habrá que aguantar tan solo por el momento. Y sícierto... I am Iosephus and THIS IS SPARTA!!!! Gracias, Compare...

Anónimo dijo...

ay ay! mira mi espadota!

Anónimo dijo...

Hola Iosephus solo pasé a saludar.. así que HOLA!! =P

Iosephus dijo...

Lidiux: ¬¬

Dory: ¡Hey! Qué gusto verte por aquí. Ups hasta ahorita vi el comentario. Saludos...