miércoles, 8 de octubre de 2008

Conciencia

Chale. Ya pasó una semana y hasta ahora lo escribo, pero ya se publicó el Ejercicio 23 de Metatextos:

Esta semana, los participantes de Metatextos deberán escribir un relato, de 300 palabras o menos contado desde la perspectiva de la “buena” o “mala” conciencia del personaje principal. Dicho personaje puede ser cualquiera, ustedes mismos o una figura histórica o un personaje literario, quien quieran.

Reproduzco a continuación mi participación en el taller, un texto llamado "Siempre Fiel" y que medio me gustó y medio no. O sea como que no acabó de cuajar la jericalla. Sobres, espero que medio les agrade.


Siempre Fiel

El primer paso fue darle a conocer las maravillas de La Creación. Todo fue hecho para él y sus semejantes, así que tenía que darse cuenta de lo maravilloso que es su entorno. Me encargué de hacer que se diera cuenta de la complejidad del movimiento de las constelaciones, de cómo fueron específicamente colocadas ahí para que su Raza no sólo las disfrutara, sino que también basara mucho de su desarrollo y supervivencia en el viaje casi eterno de los cuerpos celestiales en el firmamento.

¿Y qué hay de su propio planeta? Colocado como pocos en una situación de privilegio, con recursos que envidiarían Universos enteros, con paisajes tan diversos como las personas que lo habitan. Y después le hice ver su propio reflejo: maravilla en lo físico que encierra la posibilidad de perfección en lo espiritual.

Le hice ver, pues, el prodigio singular de la creación a su alrededor y de su propia presencia en este Universo. Le di a conocer las ventajas de ser fiel, leal, cumplido, puntual, honesto, heroico, amoroso, respetuoso, paciente, honorable, valiente. Le susurré con constancia las consecuencias que podría tener al no comportarse como se le había dicho desde el principio de los tiempos, me convertí en compañero constante que ha caminado con él desde que sus ojos se abrieron dolorosamente en este paraíso elaborado para él y su descendencia. Me he convertido en su mejor amigo.

Y aquí es donde más se aprecia mi arte, pues no obligo: sugiero. No empujo: aliento. Mis métodos parecen extraños, pero yo lo entiendo bien, se cómo funciona su mente y, sobre todo, su alma. Al mostrarle la belleza, le afectan más los horrores y la mediocridad de su vida. Pero mi mayor logro es hacerle creer que no existo.

Yo soy su “Otra Conciencia”.

Soy Satán.

Iosephus Dixit

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